Palabras normales, para gente normal.

domingo, 26 de julio de 2009

Esa es la razón

Esta noche sólo puedo decir que el cuerpo se estremece y se hace añicos al saber que los malditos años que has malgastado entendiendo que ocurre en tu corazón, pudiste haberlos reducido a meses, semanas e incluso días, pero no, perdiste años. Pero los años no son tan valiosos, como el haber dejado pasar personas, injustamente enjuiciadas y comparadas con tu gran amor.

Aquí estoy ahora, arrepintiéndome de pensar que signifiqué algo, pero debo agregar algo más: nunca se volverá a repetir, sí, te estoy diciendo adiós, como lo tuve que hacer hecho hace mucho tiempo, ya no estarás en mis sueños.

Esto es una despedida para siempre.