Palabras normales, para gente normal.

sábado, 30 de mayo de 2009

Dedicada a quien me encanta oler.

Fue uno de esos momentos en que no esperas que pase nada diferente a lo que ha pasado las veces anteriores: besos, roces, un mínimo intercambio de frases, un pololeo de horas bajo las luces de neón.

Debo ser más preciso, lo sorprendente pasó días después, cuando la necesidad de sentirnos queridos tocó nuestras mentes y nuestras pieles.

Me aterra que pronostiques nuestro futuro y, es más, me estremece sentir que parezco inexperto y torpe.

A veces pienso que hubiese sido mejor seguir la tónica del ambiente nocturno, pero las otras veces, recuerdo tus caricias y lo bien que se sienten, haciéndome agradecer que aquel día haya dicho que esa noche sería como las anteriores, porque eso hace mucho más dulce tenerte en mi vida.